Testimonios

My wife and I were deligthed with our experiencie at Alaska Steelhead

Hi Daniel

I thought I would give you a fuller review of the trip:
After a two year wait, my wife and I were delighted with our experience at ASC. The lodge and cabins are more impressive in real life than in the photos and the views of the snow-capped volcancoes across the Cook Inlet from the cabin and decking were breath-taking once the clouds lifted. The food is high end and delicious. Indeed the whole set-up had no obvious short-comings (note its BYO alcohol) and the guiding team really really were first class. My wife was a beginner with the spey rod and the guides were all excellent instructors, informative and really good company.

As to the fishing, variety was the first thing to highlight. We fished 4 very different rivers over the trip – from small spring creeks to big classic steelhead water (wide, fast flowing and turquoise glacial water). Getting to fishing runs were via a mix of drift boat, hike and helicopter. Target species beyond steelhead were resident rainbows, silvers/coho and dolly varden. We caught decent steelhead from 5lb - 13lb fish, from bright chrome hens to coloured up bucks. Each session targeting steelhead we were both successful, although when the fish were reluctant to come to a swung fly (eg cold water, sunshine), we were always able to pick up fish nymphing with the bead/egg pattern. We also managed to have success swinging flies to big hot rainbows (although unfortunately we didn’t manage to get a trophy over 30”) and trophy dolly varden in all their glorious colours. By the end of the week my wife had picked up steelhead and resident rainbows on the swing, a testament to the excellent instruction from the guides.

This is one trip which we knew before leaving that we would be coming back for more! Shame you couldn’t have joined us, but I can confirm your photo is still on the wall of fame!

A program to repeat

Luego de un año y medio de espera y un largo viaje parte del grupo se reunió en Anchorage para reponer energía, realizar algunas compras y desde allí volar hasta Kenai donde nos esperaba la gente del Lodge para realizar el transfer (quién quiere evitar el vuelo de 20 minutos puede alquilar un auto en Anchorage ya que el camino son aproximadamente 250km). Allí nos abastecimos de las bebidas alcohólicas y partimos hacia el Lodge. Esa misma tarde parte del grupo salió a pescar, otros nos preferimos acomodarnos y organizarnos para la jornada que nos esperaba lunes.

La noche del domingo, luego de una excelente cena, vino Matt y contó los planes para el día siguiente, dividiendo el grupo con los guías y explicando que debido a que la semana anterior había llovido mucho los dos ríos más chicos los íbamos a dejar para más adelante hasta que aclararan sus aguas. Una de las grandes ventajas del lugar es que tiene un rio de gran caudal de origen glaciar que no se altera con las lluvias, lo que hace que sea pescable en casi cualquier condición climática, como dijo Jorgen, uno delos suecos, “probablemente en otro lugar nos hubiésemos tenido que quedar en el lodge sin poder pescar”, pero no solo no ocurrió eso sino que además la pesca en el río era muy buena.

Allí fuimos la mañana del lunes, luego de trasladarnos al rio y navegar unos 20 minutos Benito (el guía de ese primer día) nos dio las instrucciones de cómo sería la pesca con indicador de pique y un huevo de salmón. Armó los equipos y allí bajamos del bote, al cuarto o quinto tiro clave una steelhead grande y potente que luego de unos 5 o 10 minutos se fue por error mío al intentar copear la trucha. Esa primer jornada transcurrió con algunas capturas y bastantes piques perdidos por parte de algunos, mas que nada por la inexperiencia en la forma en que se llevaba adelante la pesca, con el indicador y “mendeando” constantemente para no perder piques. Al juntarnos en el Lodge esa tarde vimos que todos los grupos habían pescado y algunos como mi caso no si bien no pudimos “Landear” ninguna tuvimos nuestros piques y clavadas. Nada mal para el primer día. Ya el segundo día nos habíamos acomodado a la pesca y nos fue mucho mejor que el día anterior, lo cual fue mejorando aún más con el correr de las jornadas. El último día dos de los grupos pudieron ir a pescar los ríos chicos y realmente les fue muy bien, no solo por la cantidad de steelhead sino por el tamaño y potencia de ellas, allí por ejemplo Guillermo pesco con caña de 2 manos haciendo swing con moscas convencionales y capturó si mal no recuerdo unas 7 u 8 steelhead habiendo tenido más de 25 piques, Carlos y Antonio en otro río pequeño capturaron 5 cada uno y perdieron otras tantas. La pesca en el rió mas grande fue pareja todos los días. En total en nuestra semana de pesca se clavaron en total algo así como 150 steelhead y se pudieron landear cerca de 80, todos tuvimos la oportunidad de sacar steelhead y tener “nuestro día”. Todo eso en un marco natural muy bonito.

La vuelta al Lodge todos los días fue reparadora, excelente el lugar, unas mesa de picadas (que algunos días incluyeron ostras) y luego de eso una excelente cena donde cada uno del grupo contaba su experiencia diaria. Por otro lado cenamos entre otras exquisiteces King crab, Halibut y hasta un excelente bife de chorizo entre varias cenas. En mi caso particular tuve el gusto de conocer y compartir varias charlas con Daniel Beilinson, el operador que nos organizó el viaje. La gente del lugar excelente en cuanto a la profesionalidad pero además en cordialidad, todos sin excepción lo dueños, la gente que nos atendía y el grupo de guías.

En resumen una pesca de steelhead excelente, donde la pesca parece estar garantizada, entretenida, y en un lugar maravilloso. “Espero volver”.

Grateful experience!

Las Steelhead son especiales. Cabezas plateadas que dan una lucha dura, maximizando su potencial. Parecen amos de su entorno, supervivientes y prósperos. Siguen con astucia detrás de sus primos, adaptados evolutivamente para alimentarse y engendrar, y luego regresar al mar, a diferencia de los millones de salmones fatalistas que dan su vida para proporcionar alimento a la vida salvaje de Alaska. 

Tener la presencia de una Steelhead cerca tuyo es como un tesoro escondido, pero ¿dónde en el pool? bajo los árboles del lado del banco? ¿En ese run que se arrastra desde la roca? o justo ahí a tus pies? Y luego, para que ella haga esa conexión intencional contigo, la pelea salvaje y limpia con un anzuelo sin rebaba y un equipo liviano, utilizando a su favor los rápidos, su poder, sus acrobacias ... y luego, si uno es respetuoso con la naturaleza y cuidadoso con la especie: se convierte en un recuerdo capturado y no un pez capturado, dejandolo partir nuevamente río arriba mientras uno lo ve arrodillado. 
Debemos recordarnos a nosotros mismo lo privilegiados que somos, y ayuda a confiar en aquellos que saben.

Este viaje que Daniel organizó con el operador en Alaska es la mejor experiencia que uno puede tener como introducción a esta especie. Innumerables oportunidades y conexiones, experiencias inolvidables, lugares y ríos, y anfitriones sabios, entusiastas y dedicados. Muy recomendable. Gracias. 
Graham Frost