Las Steelhead son especiales. Cabezas plateadas que dan una lucha dura, maximizando su potencial. Parecen amos de su entorno, supervivientes y prósperos. Siguen con astucia detrás de sus primos, adaptados evolutivamente para alimentarse y engendrar, y luego regresar al mar, a diferencia de los millones de salmones fatalistas que dan su vida para proporcionar alimento a la vida salvaje de Alaska. 

Tener la presencia de una Steelhead cerca tuyo es como un tesoro escondido, pero ¿dónde en el pool? bajo los árboles del lado del banco? ¿En ese run que se arrastra desde la roca? o justo ahí a tus pies? Y luego, para que ella haga esa conexión intencional contigo, la pelea salvaje y limpia con un anzuelo sin rebaba y un equipo liviano, utilizando a su favor los rápidos, su poder, sus acrobacias ... y luego, si uno es respetuoso con la naturaleza y cuidadoso con la especie: se convierte en un recuerdo capturado y no un pez capturado, dejandolo partir nuevamente río arriba mientras uno lo ve arrodillado. 
Debemos recordarnos a nosotros mismo lo privilegiados que somos, y ayuda a confiar en aquellos que saben.

Este viaje que Daniel organizó con el operador en Alaska es la mejor experiencia que uno puede tener como introducción a esta especie. Innumerables oportunidades y conexiones, experiencias inolvidables, lugares y ríos, y anfitriones sabios, entusiastas y dedicados. Muy recomendable. Gracias. 
Graham Frost