Luego de un año y medio de espera y un largo viaje parte del grupo se reunió en Anchorage para reponer energía, realizar algunas compras y desde allí volar hasta Kenai donde nos esperaba la gente del Lodge para realizar el transfer (quién quiere evitar el vuelo de 20 minutos puede alquilar un auto en Anchorage ya que el camino son aproximadamente 250km). Allí nos abastecimos de las bebidas alcohólicas y partimos hacia el Lodge. Esa misma tarde parte del grupo salió a pescar, otros nos preferimos acomodarnos y organizarnos para la jornada que nos esperaba lunes.
La noche del domingo, luego de una excelente cena, vino Matt y contó los planes para el día siguiente, dividiendo el grupo con los guías y explicando que debido a que la semana anterior había llovido mucho los dos ríos más chicos los íbamos a dejar para más adelante hasta que aclararan sus aguas. Una de las grandes ventajas del lugar es que tiene un rio de gran caudal de origen glaciar que no se altera con las lluvias, lo que hace que sea pescable en casi cualquier condición climática, como dijo Jorgen, uno delos suecos, “probablemente en otro lugar nos hubiésemos tenido que quedar en el lodge sin poder pescar”, pero no solo no ocurrió eso sino que además la pesca en el río era muy buena.
Allí fuimos la mañana del lunes, luego de trasladarnos al rio y navegar unos 20 minutos Benito (el guía de ese primer día) nos dio las instrucciones de cómo sería la pesca con indicador de pique y un huevo de salmón. Armó los equipos y allí bajamos del bote, al cuarto o quinto tiro clave una steelhead grande y potente que luego de unos 5 o 10 minutos se fue por error mío al intentar copear la trucha. Esa primer jornada transcurrió con algunas capturas y bastantes piques perdidos por parte de algunos, mas que nada por la inexperiencia en la forma en que se llevaba adelante la pesca, con el indicador y “mendeando” constantemente para no perder piques. Al juntarnos en el Lodge esa tarde vimos que todos los grupos habían pescado y algunos como mi caso no si bien no pudimos “Landear” ninguna tuvimos nuestros piques y clavadas. Nada mal para el primer día. Ya el segundo día nos habíamos acomodado a la pesca y nos fue mucho mejor que el día anterior, lo cual fue mejorando aún más con el correr de las jornadas. El último día dos de los grupos pudieron ir a pescar los ríos chicos y realmente les fue muy bien, no solo por la cantidad de steelhead sino por el tamaño y potencia de ellas, allí por ejemplo Guillermo pesco con caña de 2 manos haciendo swing con moscas convencionales y capturó si mal no recuerdo unas 7 u 8 steelhead habiendo tenido más de 25 piques, Carlos y Antonio en otro río pequeño capturaron 5 cada uno y perdieron otras tantas. La pesca en el rió mas grande fue pareja todos los días. En total en nuestra semana de pesca se clavaron en total algo así como 150 steelhead y se pudieron landear cerca de 80, todos tuvimos la oportunidad de sacar steelhead y tener “nuestro día”. Todo eso en un marco natural muy bonito.
La vuelta al Lodge todos los días fue reparadora, excelente el lugar, unas mesa de picadas (que algunos días incluyeron ostras) y luego de eso una excelente cena donde cada uno del grupo contaba su experiencia diaria. Por otro lado cenamos entre otras exquisiteces King crab, Halibut y hasta un excelente bife de chorizo entre varias cenas. En mi caso particular tuve el gusto de conocer y compartir varias charlas con Daniel Beilinson, el operador que nos organizó el viaje. La gente del lugar excelente en cuanto a la profesionalidad pero además en cordialidad, todos sin excepción lo dueños, la gente que nos atendía y el grupo de guías.
En resumen una pesca de steelhead excelente, donde la pesca parece estar garantizada, entretenida, y en un lugar maravilloso. “Espero volver”.
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